Algunos barcos, lanchas y botes de hoy día usan herramientas cuyo diseño, evolucionado con los años, responde al propósito original, pensado desde que se inventaron estos medios de transporte marítimo. Dos de esas herramientas son el ancla y el remo.
La Real Academia Española (RAE) define el ancla como “instrumento de hierro formado por una barra de la que salen unos ganchos, que, unido a una cadena, se lanza al fondo del agua para sujetar la embarcación” (Real Academia Española [RAE], s.f.). Lo cual quiere decir que el propósito del ancla es que el barco permanezca, se sujete o se “ancle” a un lugar específico; por el motivo que fuere, quien navega desea o necesita que la embarcación no se mueva de su lugar, sin retroceder pero también, sin avanzar.
El remo, por su parte, es presentado en la RAE como el “instrumento en forma de pala larga y estrecha, que sirve para mover las embarcaciones haciendo palanca en el agua” (Real Academia Española [RAE], s.f.), inclusive propone algunos sinónimos como pala y propulsor. Claramente, el remo usado en las embarcaciones, sin importar su tamaño, funciona para ayudar a que la misma se mueva, se desplace. Al hacer palanca en el agua, genera ese impulso para que se mueva el barco y que siga por la trayectoria deseada por quien la conduce.
En los casos anteriores hablamos de objetos inanimados que cumplen funciones de anclaje o de avance, según el caso. Sin embargo, los seres humanos también asumimos el papel de uno u otro en múltiples ocasiones; el vivir al 100 dependerá muchas veces de esos roles que desempeñemos.
Somos anclas cuando, por ejemplo:
- Somos anclas cuando, por ejemplo:
- En un grupo de trabajo, no cumplimos con nuestra responsabilidad en la consecución de los proyectos, provocando desequilibrio en la repartición de carga laboral de cara a otros miembros del equipo, atrasos en los entregables, productos o servicios finales de baja calidad, entre otros.
- En nuestra vida personal, asumimos como ciertas e infalibles algunas concepciones limitantes para nuestro crecimiento personal y/o familiar: no puedo…, no lo merezco…, ¿para qué esforzarme si esto no va a ningún lado?
Somos remo cuando:
- En el ambiente laboral, evaluamos la calidad de nuestro trabajo, identificando oportunidades de mejora, y trabajando en acciones correctivas que nos alcanzan a ser mejores profesionales (sea cual sea la rama); de igual modo, somos remo al cumplir con nuestra responsabilidad en la consecución de objetivos institucionales y ejecución de proyectos, entre otros ejemplos.
- Para nuestros mismos como personas y miembros de una familia, nos convertimos en remo cuando expresamos con respetuosa apertura lo que sentimos y escuchamos a los demás con asertividad, en busca de soluciones a los retos enfrentados. Otra forma es también cuando promovemos nuestros proyectos y apoyamos los de los demás (que son todos nuestros sueños aterrizados a la realidad), dentro de lo que nuestras capacidades y disponibilidad nos permitan.
No quiere decir que el 100% de las veces seamos ancla o el 100% de las veces seamos remo. Sin embargo, es una buena práctica identificar qué es lo que necesita nuestra circunstancia en ese momento, y qué es lo que más nos acerca a lo que queremos lograr.
Case read they must it of cold that. Speaking trifling an to unpacked moderate debating learning. An particular contrasted he excellence favourable on. Nay preference dispatched difficulty continuing joy one. Songs it be if ought hoped of. Too carriage attended him entrance desirous the saw. Twenty sister hearts garden limits put gay has. We hill lady will both sang room by. Desirous men exercise overcame procured speaking her followed.